La disolución del equilibrio


Cuando a principios de 1835 la legislatura zacatecana supo que el Congreso Nacional había propuesto reformar las milicias cívicas, la noticia se interpretó como un intento de destruirlas y no de reformarlas. Las autoridades estatales se opusieron y opinaron que cualquier atentado contra las milicias significaba una violación a la soberanía de los estados y al pacto federal; y cuando en marzo se decretó finalmente su reforma, resolvieron no aplicarla. Al mes siguiente, Antonio López de Santa Anna iniciaba los preparativos de una agresión militar contra Zacatecas.

Las gestiones del gobernador Manuel González Cosío —sucesor de García Salinas— para detener la agresi&oacuate;n no prosperaron. Además, había profundas discrepancias entre las autoridades del estado sobre dos asuntos: la conveniencia de involucrar a Zacatecas en un enfrentamiento armado y quién estaría al mando de la milicia estatal. González Cosío se opuso a que García Salinas asumiera el mando por su inexperiencia militar, pero las diferencias entre ellos se agudizaron porque el primero, antes de la batalla, insistía en la negociaci&oacuate;n para evitar el enfrentamiento, mientras que Tata Pachito estaba decidido a responder la agresi&oacuate;n. Por su parte, la milicia y el Congreso coincidían en desobedecer el decreto de reforma, y el ayuntamiento de Aguascalientes resolvi&oacuate; disolverse si el estado participaba en una guerra.

La derrota de Zacatecas fue el 11 de mayo de 1835. Su significado rebasa el ámbito militar; la provoc&oacuate; la confluencia de varios factores: divisi&oacuate;n interna, una estrategia militar errada, las motivaciones personales de García Salinas —hasta hoy desconocidas— y, de particular importancia, la ambici&oacuate;n de los pujantes comerciantes empresarios, dedicados al agio y a la especulaci&oacuate;n con la deuda pública, quienes tenían el prop&oacuate;sito de extender sus negocios sobre la pujante economía zacatecana con el respaldo militar de Santa Anna.

Desde 1832 la separaci&oacuate;n de Aguascalientes del estado era un hecho latente, pero la derrota de Zacatecas la precipit&oacuate;. Entre el ayuntamiento y el gobierno estatal hubo crecientes divergencias políticas e ideol&oacuate;gicas, a las que se añadi&oacuate; la consolidaci&oacuate;n de poderosos comerciantes vinculados a casas comerciales extranjeras, quienes pretendían la autonomía del ayuntamiento como medio para incrementar su poder político y econ&oacuate;mico.

La derrota de Zacatecas marc&oacuate; el fin de la primera república federal. En el cambio de la forma de gobierno hacia la república centralista se ocultaba la recomposici&oacuate;n de las fuerzas políticas y econ&oacuate;micas que estaba ocurriendo en México.


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