Comunicaciones y obras públicas


Aunque durante la república restaurada se inició en Zacatecas el tendido de una red telegráfica que mejoró la situación de las comunicaciones dentro del estado y entre éste y sus vecinos, fue en el porfiriato cuando tuvo lugar un verdadero proceso de expansión de las vías de comunicación a nivel nacional, que se manifestó sobre todo en el desarrollo del transporte ferroviario. Zacatecas no quedó fuera de ese proceso, y hasta actuó como su precursor al construir, con capitales locales y el apoyo del gobierno estatal, el ferrocarril entre la capital del estado y la ciudad de Guadalupe, concluido en 1880.

Sin duda, la vía férrea más importante que atravesó el estado de Zacatecas durante este periodo fue la del Ferrocarril Central Mexicano, que comunicaba a la capital del país con la frontera estadunidense en la ahora llamada Ciudad Juárez. Trescientos kilómetros de esta importante línea se encontraban dentro de los límites de Zacatecas, cruzando los partidos de Ojocaliente, Zacatecas, Fresnillo, Nieves y Mazapil, pero marginando vastas porciones del territorio estatal. Ello fue así porque, aunque el ferrocarril debía pasar por Zacatecas en su camino hacia el norte, no tenía entre sus objetivos internarse en el estado o profundizar los lazos de comunicación regional.

Otro ferrocarril de cierta importancia que se construyó durante el porfiriato fue el que ligaba el norte de Zacatecas con el sur de Coahuila, cuyo tendido se inició en 1894 con el propósito de conducir a menor costo los minerales obtenidos en aquella región minera para su beneficio en las prósperas fundidoras de Saltillo y Monterrey. De los 125 kilómetros que en total poseía la línea, 57 se localizaban en el estado de Zacatecas, y a ellos se agregaron posteriormente algunos más en un ramal entre Ávalos y el mineral de San Pedro Ocampo. Ramales de este tipo unieron también otros centros mineros importantes del estado con las vías del Ferrocarril Central.

Por cuanto la construcción ferroviaria implicó una nueva estructuración del espacio a nivel nacional, en la que la ubicación de los centros de producción y comercialización se redefinió en virtud de su proximidad con las vías férreas, puede decirse que el proyecto ferroviario adoptado durante el porfiriato marginó al estado de Zacatecas más de lo que lo integró a la dinámica económica del país. Los ferrocarriles permitieron que las actividades extractivas sobrevivieran con cierta rentabilidad, pero contribuyeron a que Zacatecas perdiera la fase más dinámica de la producción minera, el beneficio, que se concentró en unos cuantos puntos de ubicación estratégica fuera del estado. Por lo demás, el impulso aportado por la comunicación ferroviaria resultó insuficiente para activar el resto de la economía o iniciar su diversificación.

A más del tendido de una red telegráfica aceptable, del desarrollo de la comunicación telefónica y de la introducción de energía eléctrica en las principales poblaciones del estado, se emprendieron durante estos años diversos proyectos que resolvieron en parte uno de los problemas más acuciantes para la población: el del abastecimiento de agua potable. Dada la creciente escasez de recursos con que contaba el erario estatal, la magnitud de estos logros no debe subestimarse.


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