La historiografía económica actual reconoce en general que en las últimas décadas del siglo XIX
el país experimentó un crecimiento económico sin paralelo en la historia anterior. Sin embargo, ello no significa que ese crecimiento haya sido homogéneo en términos sectoriales o geográficos. Zacatecas, pese a su tradicional importancia minera, participó en muy corta medida de ese clima de prosperidad general, y en algunos aspectos constituye más bien un ejemplo elocuente de la fuerza con que, bajo ciertas circunstancias, la inercia del atraso tiende a prevalecer sobre las condiciones propicias a la modernización.