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Por otra parte, Humboldt estaba consciente tanto de la importancia como de las limitaciones de las Tablas; una obra breve que difícilmente podría incluir toda la información que había logrado recabar en México y que llenaría los cinco gruesos volúmenes en octavo de la primera edición, en francés, del Ensayo político. Las Tablas eran, según él, una obra para ser leída por "comerciantes y políticos", ya que no contenían "nada sobre la parte física y las costumbres". De hecho, el manuscrito definitivo con las adiciones estuvo completo y listo para la imprenta en febrero de 1805, y sólo quedaba traducirlo. Incluso Humboldt pensó en cambiarle el título que originalmente llevaba de Estadística de México: "Buscad un título en francés -le escribía a Pictet-. No me gusta esa palabra estadística, si puede evitarse...".47 Pero pasaron los meses y sumergido como estaba en la preparación del Ensayo político, fue relegando las Tablas para más tarde, y esto, a pesar de que estaba plenamente consciente del valor de su obra: "Dudo que exista algo más completo respecto a la población, el área, las finanzas, el comercio, de ningún país de Europa". Así y todo, la obra no apareció tampoco impresa ni en Francia ni en Inglaterra tal como él lo había previsto. De manera semejante a la copia entregada en México al virrey, el original que llevó a Europa también permaneció en ese estado manuscrito varios años antes de ser editado, y eso en forma defectuosa, resumida y sin las adiciones que él había propuesto.

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