La inquietud hab�a crecido durante el mes de febrero. G�mez Far�as quer�a movilizar a la Guardia Nacional a Veracruz, ante el inminente desembarco de los norteamericanos. Varios cuerpos de la Guardia Nacional los hab�an formado con la gente acomodada de la ciudad: los batallones de Independencia, Bravos, Victoria, Mina e Hidalgo. La gente llamaba "polkos" a los cuerpos de la Guardia Nacional, por ser la polka el baile de moda entre la aristocracia de la capital.54
Los moderados ten�an influencia en la Guardia Nacional o formaban parte de ella: Pedro Mar�a Anaya, Vicente Garc�a Torres, Jos� Mar�a Lafragua, Mariano Otero y Lucas Balderas, entre otros. Tambi�n los mayordomos de los conventos ten�an participaci�n en la Guardia Nacional. As�, los moderados pod�an dar la direcci�n pol�tica y la Iglesia, los recursos econ�micos, para que un pronunciamiento de la Guardia Nacional tuviera �xito.55
Para evitar que la Guardia Nacional fuera movilizada a Veracruz, el 27 de febrero se pronunci� contra el gobierno de G�mez Far�as. Mat�as de la Pe�a y Barrag�n fue nombrado general en jefe del Ej�rcito Salvador de la Independencia y la Libertad. Pe�a y Barrag�n public� el consabido Plan en contra de los Poderes Legislativo y Ejecutivo. El Plan establec�a la desaparici�n de ambos Poderes, reconoc�a el sistema federal y al general Santa Anna como general en jefe del Ej�rcito Mexicano, convocaba a un nuevo Congreso bicameral para s�lo reformar la Constituci�n de 1824 y ped�a la derogaci�n de las leyes del 11 de enero y 4 de febrero sobre la ocupaci�n de los bienes de manos muertas.56
La ciudad qued� convertida en campo de batalla, dividida entre las l�neas de los sublevados y aquellas de las fuerzas leales al gobierno. El Congreso dej� de sesionar en esta situaci�n. Los polkos no tuvieron el �xito que esperaban. Cundi� la divisi�n entre sus filas y el gobierno contaba con elementos suficientes para batirlos. El paso del tiempo debilitaba a los polkos y favorec�a al gobierno. Los diputados moderados quer�an que el Congreso se reuniera; los diputados puros no asist�an a las sesiones porque pensaban que si hab�a n�mero, el Congreso podr�a dar un decreto en favor de los pronunciados. Los moderados vieron como �nico recurso, para salvar a los polkos, pedir al general Santa Anna que interviniera en el asunto. Con el paso del tiempo, el Plan de los pronunciados se reduc�a a dos puntos: destituir a Valent�n G�mez Far�as del Poder Ejecutivo y derogar las leyes sobre ocupaci�n de los bienes de manos muertas.57
La suerte de los polkos y de los puros depend�a de la actitud que tomara el general Santa Anna. El caudillo militar regresaba de Angostura. Las dos facciones mandaron enviados para interceptar al general en su camino a M�xico. Inicialmente, Santa Anna tuvo un gran disgusto por la asonada militar y ofreci� enviar cuatro mil hombres a marchas forzadas para apoyar al vicepresidente y castigar a los sublevados.58 Pero el car�cter del jalape�o era muy variable. El 9 de marzo, desde San Luis Potos�, informaba a G�mez Far�as que, con grandes sacrificios, estaba dispuesto a tomar el gobierno para quitar el pretexto en que se hab�an apoyado los revolucionarios para atacar al r�gimen.59
La decepci�n de G�mez Far�as fue grande: sab�a que el general Santa Anna hac�a causa con los moderados, que su gobierno terminaba en medio de una borrasca y sent�a que, como en 1834, el general Santa Anna lo hab�a traicionado. El l�der de los puros escribi� al caudillo unas palabras que reflejaban su resentimiento: "(�) Con asombro y disgusto general de los fieles servidores de la patria se ha visto con profundo sentimiento, que con una mano ha levantado U. a los que estaban casi vencidos y con otra ha deprimido a los vencedores. No es la primera ocasi�n que U. se enga�a (�) ni ha logrado U. hacer amigos suyos a los que no lo son, ni pueden serlo; y se ha enajenado a muchos de sus verdaderos amigos (�)"60.
El general Santa Anna lleg� a M�xico, pero no quiso entrar a la ciudad. El Congreso envi� una comisi�n para que Santa Anna jurara como Presidente, en Guadalupe, el 23 de marzo. En las palabras que dirigi�, el Presidente dijo: "He tomado posesi�n de la primera magistratura, porque he visto que era el �nico medio legal de dar t�rmino a los sucesos de esta capital, y porque espero que as� se podr� facilitar la prosecusi�n de la guerra, y salvar la independencia y el honor mexicano, que deseo presentar ileso y brillante delante del mundo que nos contempla"61.
Simult�neamente, el mando militar americano hab�a cambiado la estrategia. Despu�s de la Batalla de la Angostura, los militares americanos consideraron que el camino m�s corto para llegar a la Ciudad de M�xico era la ruta de Hern�n Cort�s. Despu�s de un intenso bombardeo, el puerto de Veracruz capitulaba ante las tropas del general Winfield Scott, el 27 de marzo de 1847. La rebeli�n de los polkos, adem�s de sus consecuencias internas, hab�a impedido que el gobierno enviara a Veracruz elementos para resistir la invasi�n. Como en el caso de Monterrey, el puerto de Veracruz fue abandonado a sus escasos recursos para hacer frente a los norteamericanos.