I. ORGANISMOS DE LOS FONDOS OCE�NICOS O BENT�NICOS

UNO de los grandes grupos de comunidades del mar es el bentos, constituido por los organismos tanto vegetales como animales que viven relacionados con el fondo, semienterrados, fijos o que pueden moverse sin alejarse demasiado de �l, desde la marca de la pleamar hasta los fondos de las fosas m�s profundas.

Las comunidades bent�nicas son muy diversas seg�n la naturaleza del sustrato (roca, arena, limo) y la profundidad. En los fondos marinos suele reinar una estabilidad de condiciones muy superior a la propia de las aguas pel�gicas, donde se encuentran el plancton y el necton, y que est�n sometidas a movimientos y cambios incesantes.

Los organismos bent�nicos tienen escasa o ninguna capacidad de nataci�n, lo cual les permite adoptar formas que no se ajustan a exigencias hidrodin�micas y, como no se enfrentan con problemas de flotaci�n, pueden desarrollar estructuras esquel�ticas gruesas como conchas y alcanzar tama�os considerables; por ejemplo, el molusco bivalvo del Pac�fico, la Tridacna, puede tener hasta 2 metros de di�metro.

Los organismos vegetales se fijan directamente en el fondo, mientras que los animales se pueden anclar, enterrar o reptar. Su h�bitat suele ser la superficie y los pocos cent�metros superiores del material del fondo oce�nico formado por arena, rocas o fango.

Los seres que habitan el sistema bent�nico abarcan la plataforma costera, la continental, el talud continental, la zona abisal y las grandes fosas oce�nicas, es decir el bentos se extiende por toda la superficie del fondo de mares y oc�anos, de norte a sur y de este a oeste de la Tierra, aunque, como es natural, su densidad var�a mucho de unas zonas a otras, decreciendo progresivamente su abundancia de acuerdo con la profundidad.

Son muchas las clasificaciones que se han hecho del sistema bent�nico y una de las m�s utilizadas lo divide en cuatro regiones de profundidades progresivamente crecientes: la supralitoral o subterrestre; la costera o intermareal, tambi�n llamada sublitoral; la litoral propiamente dicha o batial, y la abisal. En estas regiones, las condiciones del medio: luz, temperatura, presi�n y salinidad, as� como el tipo de materiales sedimentarios del fondo, van cambiando de manera gradual de acuerdo con la profundidad y la distancia de la costa, lo que ocasiona modificaciones caracter�sticas en la distribuci�n de los organismos del bentos.





Figura 1. Sistema bent�nico.

La regi�n supralitoral, que raramente cubren las aguas y en la que se encuentra un intenso grado de humedad ambiente, puede considerarse como la frontera entre el medio terrestre y el marino; en esta zona se localizan muchos seres de origen terrestre m�s o menos habituados al r�gimen especial de vida en las arenas o en las rocas costeras. Insectos como las llamadas cicindelas son abundantes en las dunas de las partes altas de las playas, y conviven con las pulgas de mar que son, por su parte, crust�ceos marinos acomodados a la vida casi permanentemente terrestre.

Dentro de la regi�n supralitoral, pero m�s pr�xima al agua y en parte en la zona afectada por las mareas, se encuentran adheridas a las rocas de forma �ntima y encerradas en sus caparazones las "bellotas de mar", crust�ceos del g�nero Balanus que resisten prolongad�simos periodos de sequ�a e insolaci�n. Suelen estar tambi�n algunos moluscos como las litorinas, peque�os caracoles que tienen gran resistencia a los largos periodos de emersi�n.

En la zona costera o intermareal, sujeta a la acci�n de las mareas y del oleaje, la fauna y la flora se incrementan de manera extraordinaria, tanto en lo que se refiere a la riqueza de grupos zool�gicos y bot�nicos que la integran, como al n�mero de individuos que la componen. Esta riqueza de grupos animales y vegetales se debe al extraordinario polimorfismo de la regi�n en cuanto a las caracter�sticas fisicoqu�micas y de tipo de suelo que se presentan, lo que da lugar a la existencia y desarrollo de las m�s diversas formas posibles de seres vivos.

Dentro de esta zona pueden considerarse, a su vez, dos tipos de fondos diferentes: los rocosos y los arenosos o fangosos, ambos poblados por gran variedad de especies distintas.

En las zonas rocosas existe un n�mero grande de tipos de celenterados, como hidrozoarios, an�monas, abanicos de mar y corales, que cuando abundan forman los arrecifes coralinos. Son frecuentes tambi�n los moluscos de muy variados g�neros, como las lapas, que se pegan fuertemente a las rocas, y los quitones, que tienen su concha formada por muchas placas.

Otros moluscos son los bivalvos como mejillones, ostras y ostiones que se adhieren directa y firmemente por su concha a los soportes rocosos de los que casi es imposible despegarlos.

En los intersticios de las rocas es frecuente que se escondan algunos cefal�podos, como los pulpos.

Son caracter�sticos tambi�n de esta zona los equinodermos, representados por las estrellas de mar, los ofi�ridos o bailarinas de mar y los erizos, cuya forma globosa les permite rodar ante los embates de las aguas y que tambi�n suelen perforar las rocas, por la acci�n continua de sus espinas, formando oquedades hemisf�ricas donde se guarecen.

Son muy frecuentes los crust�ceos, entre los que se encuentran los cangrejos ermita�os habitando dentro de las conchas abandonadas de moluscos para proteger su cuerpo; sobre ellas se fijan esponjas y actinias. Entre los an�lidos o gusanos anillados est�n los tub�colas que forman tubos calizos donde viven. Finalmente, abundan los peces de los m�s variados grupos, formas y colores.

En las zonas no rocosas de la regi�n costera, los fondos se suceden desde las arenas gruesas, cascajos y conchuelas, pasando por las arenas finas y las fangosas, hasta los fangos todav�a m�s finos del inicio de las grandes profundidades de la plataforma continental. Sobre estos fondos son frecuentes las praderas de faner�gamas marinas, que forman ambientes especiales con faunas caracter�sticas como el camar�n, los nudibranquios, peces como los caballitos de mar, otros de cuerpo deprimido como las rayas, torpedos, lenguados y una variedad de especies nadadoras.

La siguiente zona, la litoral, ya no se descubre con las mareas y abarca, en su nivel m�s profundo, hasta la regi�n lim�trofe de la plataforma continental con el talud de ca�da a los grandes fondos; las caracter�sticas de variabilidad de los organismos van desapareciendo progresivamente con la profundidad; �stos tienden a uniformarse en el medio bent�nico abisal.

Existen en esta zona algunas �reas rocosas, pero lo normal es la presencia de grandes masas de sedimentos, tanto m�s abundantes cuanto mayor es la profundidad. Son habitantes caracter�sticos de esta regi�n las esponjas, frecuentemente fijas a conchas de moluscos; hidrozoarios y celenterados como los corales rojos, y equinodermos de todos los grupos como erizos, estrellas, ofi�ridos, holoturias y crinoideos.

En la regi�n litoral se observan numeros�simos an�lidos y moluscos; los crust�ceos abundan en sus variadas formas y finalmente se encuentran los peces cartilaginosos en grandes cantidades, siendo algunos de sus representantes los escualos de profundidad, como algunas especies de tiburones que presentan escasa movilidad, as� como una multitud de familias de peces que tienen importancia en la econom�a pesquera, por ser las que forman la base de la pesca de arrastre.





Figura 2. Pez abisal con enorme boca.

A la �ltima regi�n, la abisal, corresponde una serie de caracter�sticas especiales, ya que a los 200 metros de profundidad la luz no se recibe en suficiente cantidad, aunque las �ltimas alcancen los 1 200 metros; como consecuencia de ello, no hay vida vegetal aut�trofa, puesto que no existe posibilidad de que se lleve a cabo la fotos�ntesis.

Los seres que viven en esta regi�n tienen un r�gimen de alimentaci�n heter�trofa, nutri�ndose a expensas de otras presas animales o de los detritos que descienden de las capas superiores; la falta de luz y la escasez de alimento determinan el tama�o desmesurado de las bocas de muchos peces abisales, que de esta forma aseguran la captura de sus presas.

Los fondos son casi exclusivamente fangosos y de poca consistencia, lo que obliga a los organismos sedentarios a disponer de bases de sustentaci�n para no hundirse. Algunos de los animales de ese bentos tienen patas muy largas, como los llamados "cangrejo ara�a", o presentan su estructura desparramada, como en las estrellas de mar, para garantizar la distribuci�n de su peso en mayor superficie y aligerarlo.

La fauna abisal es uniforme y esto se refleja en las formas de adaptaci�n que presenta: es igual en unos mares que en otros, de norte a sur y de este a oeste de los oc�anos, lo que repercute en que disfrute de ampl�simas �reas de distribuci�n geogr�fica.

Esta fauna es la m�s pobre de todas las que pueblan las distintas regiones del oc�ano, aunque ello se compensa por su rareza y curiosidad en las formas de adaptaci�n.

La profundidad a la que empieza la verdadera pobreza es a los 4 500 metros, donde la fauna abisal bent�nica presenta las m�s variadas adaptaciones, como la extensi�n de los elementos de sustentaci�n; en esta �rea se encuentran representados corales, esponjas, moluscos, equinodermos, artr�podos y peces, entre otros seres vivos.

La vegetaci�n bent�nica se encuentra principalmente sobre las rocas y otros sustratos duros. Son muy pocas las plantas superiores o faner�gamas que viven en el mar, y predominan grupos de algas, entre las que destacan especies pluricelulares, cuyas c�lulas se agregan en filamentos, a veces ramificados, y en l�minas a menudo recortadas.

Existen tres grandes grupos de algas del bentos con coloraciones muy diversas: las feofitas o algas pardas, las rodofitas o algas rojas, y las clorofitas o algas verdes.

Las feofitas contienen pigmentos carotenoides, como la ficoxantina, que les confieren una coloraci�n parduzca; sus c�lulas est�n revestidas de gruesas capas de muc�lago que les permiten acumular en sus tejidos grandes cantidades de agua para evitar la deshidrataci�n durante los periodos de bajamar.

Las algas pardas viven preferentemente en mares fr�os, en las comunidades del litoral. Pertenecen a este grupo las mayores algas conocidas, las grandes Macrocystis del Pac�fico, de 50 a 70 metros de longitud.

T�picos de las regiones tropicales son los "sargazos o uvas de mar", que presentan frondas en forma de hojitas y flotadores esf�ricos que simulan uvas. Algunas especies de sargazos se han adaptado a la vida planct�nica y viven flotando, dispersas por grandes extensiones en la superficie del llamado Mar de los Sargazos, pero la mayor�a cubren los fondos.

Las rodofitas presentan clorofila acompa�ada por pigmentos rojos como la ficoeritrina y azules como ficocianina, que les permiten aprovechar un amplio espectro de radiaciones luminosas.

Las c�lulas de las algas rojas tienen su pared formada por una sustancia que se gelifica dando coloides complejos, a modo de una jalea m�s o menos compacta que re�ne las c�lulas y llena los huecos que quedan entre ellas. Algunas de estas sustancias, como el agar-agar que se obtiene del alga Gelidium y la carragenina, son de un elevado inter�s industrial.

El grupo de las rodofitas comprende casi 4 000 especies, en su mayor�a marinas, predominando en los mares templados y c�lidos; en general viven fuertemente adheridas a las rocas. En las costas del Jap�n se encuentra un alga del g�nero Porphyra, con aspecto de l�mina fruncida, de coloraciones viol�ceas o rojizas, que es ampliamente cultivada para la obtenci�n de un alimento muy popular, el "laver p�rpura".

Dentro de este grupo existe uno muy diferente por su aspecto, el de las "algas coralinas", cuyas membranas se impregnan de carbonato de calcio, formando revestimientos rosados o blanquecinos sobre las rocas o sobre mejillones, moluscos y otras algas y plantas superiores.

El tercer grupo de las algas del bentos es el constituido por las clorofitas, las m�s parecidas a las plantas superiores por su contenido en pigmentos, sobre todo clorofila, que les proporciona una coloraci�n casi siempre de tono verde.

Es un grupo con una distribuci�n muy amplia y con formas muy variadas, desde unicelulares hasta pluricelulares de organizaci�n compleja; algunas son filamentosas simples o ramificadas que forman penachos verdes; otras son l�minas m�s o menos recortadas, como las "lechugas de mar", o tubitos reunidos en haces, a veces abiertos por la parte superior a modo de delicadas cintas de bordes rizados.

La mayor�a de las clorofitas vive en las aguas dulces y s�lo secundariamente se han localizado en las costas en la zona de rompientes y en los estuarios. Muchas especies prefieren las aguas contaminadas como las de los puertos, ricas en sales minerales nutritivas.

Algunas especies pueden ser da�inas debido a su r�pida proliferaci�n, como la denominada "enteromorfa", la cual llega a ser tan abundante que al caer al piso se pudre, agotando las reservas de ox�geno del agua y provocando la muerte de la rica fauna enterrada en el fondo de las zonas ribere�as, de la que son componentes principales las almejas y los berbechos, fuente fundamental de riqueza de estas localidades.

El conjunto de algas arrojadas por las olas se denomina "varec" y su estudio ofrece siempre puntos de inter�s, ya que en algunas costas las arribazones de varec son tan importantes que justifican su recolecci�n para la extracci�n de alginatos o para el abono directo de los campos.

Con respecto a las plantas consideradas como las m�s evolucionadas, en el mar viven muy pocas faner�gamas que constituyen praderas sobre los fondos costeros bien iluminados. Entre los principales g�neros que forman estas praderas est�n: Zoostera, Posidonia y Thalassia; este �ltimo es el m�s abundante en Am�rica.

Entre estos vegetales y sobre ellos vive una compleja comunidad de peces, crust�ceos y peque�os animales solitarios o coloniales que encuentran en la penumbra, creada por estas praderas, el refugio ideal para cuidar y defender a sus peque�as cr�as de los ataques de las especies mayores. A medida que se desciende y la luz escasea, las plantas, cada vez m�s raras, se tornan amarillentas, las hojas se retuercen y la vegetaci�n acaba por desaparecer, disminuyendo la productividad de alimento a trav�s de la fotos�ntesis.

El fondo oce�nico, adem�s de representar un espacio grande para vivir y de ofrecer lugares donde los organismos encuentran mayor protecci�n, es una zona de colecta de alimentos, que llegan al fondo desde las aguas superficiales.

Los animales bent�nicos deben consumir las part�culas alimenticias que provienen de la superficie o bien depredarse unos a otros. El alimento es abundante en los fondos de las regiones litoral y sublitoral, pero comparativamente hay menos en la abisal, lo cual es compensado por las bajas temperaturas que hacen que el metabolismo de los organismos que en ella se encuentran sea menor y que, por lo tanto, tambi�n disminuya el requerimiento de nutrientes.

Para contrarrestar la escasez de alimento, los animales del bentos desarrollan ciertas estructuras especializadas que les permiten obtenerlo; por ejemplo, los peces abisales que aumentan su capacidad olfatoria y forman ap�ndices para atraer y capturar sus presas.

En las regiones litoral y sublitoral existen animales herb�voros que se alimentan principalmente de algas, pero dominan los organismos que lo hacen de otros animales; pueden ser suspens�voros, deposit�voros y carn�voros.

Los suspens�voros tambi�n son llamados filtradores, porque se alimentan filtrando plancton y materia org�nica dispersa en el agua del mar; son particularmente importantes por ser los responsables del consumo del plancton y su conversi�n en concentraciones mayores de carne s�lida. Casi todos los animales bent�nicos s�siles, como las esponjas y los corales, tienen este tipo de alimentaci�n.

Los deposit�voros, tambi�n conocidos como "comedores de fango", son organismos que se alimentan de la materia org�nica que se encuentra en el sedimento; pueden ser de dos tipos: los que se entierran en el sustrato y pasan el sedimento a trav�s de su aparato digestivo, como los an�lidos poliquetos, y los que son select�voros, es decir que toman del sedimento s�lo las part�culas alimenticias, como algunos moluscos que con sus sifones capturan estas part�culas.

Los carn�voros son organismos que cazan y se alimentan de otros animales, por lo que desarrollan �rganos especializados para lograr la captura, como los tent�culos de las an�monas cargados con c�lulas urticantes que paralizan a sus presas. Muchos peces bent�nicos tienen este tipo de alimentaci�n y compiten con algunos del necton.

Los animales bent�nicos pueden localizarse sobre el fondo oce�nico formando la llamada epifauna, que se puede encontrar sobre las rocas o los guijarros o presentando algunos desplazamientos; otros viven dentro de los sustratos, principalmente arcillas y barros, y constituyen la infrafauna.

La distribuci�n del bentos depende de los factores f�sicos, qu�micos y biol�gicos que se presentan en el fondo del oc�ano. Algunos de ellos controlan la distribuci�n horizontal y otros la vertical; por ejemplo, la luz caracteriza la distribuci�n de la flora y la fauna de los fondos oce�nicos iluminados, mientras que el tipo de fondo caracteriza la vida bent�nica en las facies rocosas, en los fondos arenosos y fangosos, y la profundidad a los organismos de los fondos oce�nicos abisales.

Todo este torrente de vida que se encuentra en los fondos marinos hace que la realidad tome apariencia de supercher�a, lo que realza el inter�s del estudio del mundo acu�tico viviente, en donde la naturaleza subraya la enorme variabilidad de su obra.

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