PESQUERÍAS DE CALAMAR Y PULPO

El grupo de los moluscos cefalópodos es muy apreciado en la pesca por la abundancia de Organismos y por la calidad de su carne; en 1986 se capturaron, según la FAO, 1,667,403 toneladas en todo el mundo.

Se divide este grupo en dos órdenes, de acuerdo con el número de brazos que presentan los organismos: los Decabranchia o decápodos y los Octobranchia u octópodos.

A los primeros pertenecen los calamares, las sepias o jibias y los chopos; son moluscos de cuerpo alargado, provistos de aletas laterales de forma triangular que llevan alrededor de la boca una corona de ocho brazos de longitud semejante entre sí y otros dos más largos; la concha es interna, muy reducida y de naturaleza córnea, ésta recibe el nombre de pluma.

Los calamares deben su nombre, como se señaló en el tomo VI de esta obra, a que su concha interna, constituida por una sustancia llamada conquilina, tiene la forma de una pluma y esto, unido a la presencia de la bolsa de tinta, hizo que se les comparara con un tintero antiguo o "calamario".

El cuerpo del calamar es cilíndrico, comprimido y está formado por dos regiones: la "cabeza" que es la más cercana a los brazos, lleva los ojos y la boca; y el "manto" que se extiende por encima de ella, dentro del cual se encuentran los aparatos y sistemas.

Las "patas" son de dos tipos: ocho llamadas "brazos" y dos que tienen una longitud mayor, los "tentáculos", móviles y flexibles, con los que captura a sus presas y las lleva a su boca. Sus brazos, a lo largo, están cubiertos por ventosas y, en el caso de los tentáculos, unicamente en los extremos en forma de paleta.

En la parte terminal del cuerpo que es larga y afilada, los calamares tienen un par de aletas laterales triangulares que utilizan como estabilizadores cuando nadan y con ellas pueden impulsarse cuando lo hacen lentamente. La pared del manto está formada por gruesas fibras musculares que les permiten contraerse y relajarse para tomar agua y expulsarla en forma de un fuerte chorro para su propulsión, y así se desplazan a gran velocidad. El calamar es considerado como el invertebrado más veloz que existe en el océano; por ejemplo, los llamados "calamares voladores" llegan a saltar sobre la cubierta de las embarcaciones.

Figura 23. Calamar.

Los calamares son carnívoros y se pueden considerar como consumidores, se alimentan desde pequeñas larvas y organismos del plancton, hasta peces como sardina, anchoveta y macarela; llegan a atacar a los organismos de su propia especie cuando están enfermos, lesionados o de menor tamaño. Se ha calculado que, debido a la gran actividad que desarrollan al moverse, necesitan 4 veces más alimento que los animales sedentarios que se encuentran en los fondos marinos. Su alimentación es mayor durante la noche, pero se considera que también lo hacen en el día en zonas profundas.

A su vez, el calamar es consumido por animales pelágicos de mayor tamaño como: atún, barrilete, sierra, jurel, tiburón, lobos marinos y delfines.

En la mayoría de las especies de calamar los sexos están separados, pudiéndose diferenciar el macho de las hembras por las características externas de su cuerpo, ya que éste presenta un tentáculo modificado para realizar la fecundación. Se reproducen por medio de huevos, que ponen en cantidades de cinco a diez mil y depositan en cápsulas gelatinosas. Se calcula que la longevidad del calamar se extiende de año y medio a dos años.

Los calamares, como los demás cefalópodos, tienen la propiedad de cambiar de coloración de manera casi instantánea; esto es posible porque en su tegumento existen multitud de células estrelladas llamadas cromatóforos que se extienden o se contraen modificando la coloración del animal, permitiéndole ocultarse de sus enemigos.

Las diferentes especies de calamar viven como organismos pelágicos en los océanos Pacífico, Atlántico e Índico; varias de ellas forman la población pescable y son muy apreciadas como alimento y como uno de los más sabrosos manjares del que gustan los aficionados al buen comer. Algunos países, sobre todo Japón, Portugal y España, capturan las mayores cantidades de este recurso y para ello utilizan artes especiales llamadas "poteras", "jiboneras" o "gudaneta", que consisten en cilindros alargados provistos de una o dos coronas radiales de anzuelos, que se colocan a lo largo de líneas de monofilamento, cuyo largo y diámetro dependen de la profundidad en que van a operar y del tamaño de la especie. También se emplean los métodos de arrastre, las "redes con lámparas" y las "redes de cuchara y jareta".

Aprovechando que estos animales responden positivamente a los estímulos luminosos, es decir, son fototrópicos, la atracción se realiza utilizando lámparas que producen una zona de penumbra alrededor de la embarcación, donde se concentran los calamares. Las líneas con poteras tienen que pasar entre la zona iluminada y la de la penumbra. También cuando se usan las redes de cuchara y de lámpara, la atracción de los animales se hace utilizando la luz artificial. Los pescadores que no emplean estos métodos con luz realizan sus maniobras en los días de "oscuro" en que no se muestra la Luna.

Entre las principales especies de calamar se mencionan, en el Golfo de México, el "calamar de Peal" (Loligo pealii); en el Golfo de California, el "calamar opalino" (Loligo opalescens); en las costas de Chile, Loligo gahi; en Brasil el Loligo brasiliensis, llamado "lula" que llega hasta Argentina, en donde lo conocen como "clamareti"; también ahí se encuentra el calamarcillo Loliguncula brevis que se extiende hasta las Antillas. En Japón son comunes Loligo japonica, Loligo heka y Loligo bleekeri.

En las costas de Portugal y España representa uno de los recursos más importantes, por los grandes beneficios que produce; su captura se realiza en los meses de verano y la especie que más se obtiene es la Loligo vulgaris, también llamada "magano" y "chipirones".

Los calamares voladores o calamares flecha pertenecen al género Ommatostrephes; comunes en el Pacífico tropical y en el Atlántico, son perseguidos por peces de gran tamaño, por delfines y otros cetáceos, particularmente el cachalote.

A lo largo de la corriente de Humboldt se encuentra la especie de gran tamaño Dosidicus gigas, que alcanza de 1 a 1.5 metros; se pesca mucho en las costas de Chile y Perú y, últimamente, en grandes cantidades, en el Golfo de California.

El principal país que captura y consume calamar es Japón, siguen Grecia, Italia y España, también importantes productores y consumidores de estos organismos. Los japoneses desde hace siglos se alimentan de él y no tienen rival; en la actualidad aplican para la captura las máquinas automáticas de carrete, calculándose que tienen más de 50 mil en operación, en diferentes tipos de embarcaciones. Llegaron a producir en 1985 más de 250 mil toneladas.

El calamar es un producto de alto valor nutritivo, del que puede aprovecharse un 75% de partes comestibles, después de quitarle las vísceras. Contiene proteínas como la albúmina, vitaminas del complejo B y minerales como el fósforo.

La captura se maneja en fresco, conservándola en hielo, congelada y enlatándola con finos aceites. Con estos animales se preparan diferentes guisos en una gran variedad de formas, ya sea solos o acompañados con otros productos, como el arroz. Generalmente en diversos países resulta uno de los alimentos más baratos.

En México, por falta de estudios biológicos, así como de estudios sobre tecnología de captura, industrialización y comercialización, no ha llegado a desarrollarse plenamente esta pesquería. Existen 18 especies de calamares en las costas de México, correspondiendo 8 al Golfo de México y Mar Caribe, 6 a las costas del Pacífico mexicano y 4 a ambos mares; al parecer son más abundantes en el Pacifico, principalmente en las regiones oceánicas, estimándose existencias aproximadas de 650 mil toneladas accesibles a la pesca por parte de una flota calamarera; sin embargo, en las últimas temporadas, por diferentes motivos, su captura ha disminuido y se puede estimar que en 1988 se alcanzó la cifra aproximada de 3 500 toneladas.

Las áreas de pesca en el país son: la Sonda de Campeche en el Golfo de México, en donde se han capturado de 5 a 7 toneladas por hora de arrastre; para la costa del Pacífico, la pesquería del calamar se ha ubicado principalmente en lo que se considera su caladero tradicional, en las aguas cercanas al Puerto de Santa Rosalía, en el Golfo de California.

La captura se realiza por medio de redes de arrastre a media agua, como la "red de lámpara", la cual tiene un saco central o bolsa con abertura de malla de 4 a 5 centímetros. También se utiliza la red de cuchara rectangular" o la "red de anillo", que llevan en su bolsa unos cuadros o anillos para evitar que el calamar se escape una vez atrapado. Otro método utilizado es el de "poteras", sistema que resulta de menor complejidad y costo en comparación con el de redes. Los barcos que se emplean miden de 8 a 10 metros de largo.

En algunos lugares la pesca es totalmente artesanal; se usan embarcaciones de 3 metros con motor fuera de borda, equipadas con una lámpara de gas o gasolina y poteras construidas localmente con rayos de bicicleta; son maniobradas por 3 o 4 pescadores. El calamar también se captura incidentalmente en la pesca del camarón, ya que es un componente regular de la fauna de acompañamiento de este crustáceo.

La presentación del producto en el mercado es fresco-congelado y enlatado, ya sea en salmuera o en su tinta. El mercadeo es principalmente nacional y se enfrenta a grandes obstáculos, ya que en nuestro país el calamar no tiene una buena aceptación, principalmente por falta de publicidad. En cuanto al mercado internacional, es necesaria más definición en la calidad y en el tipo de los productos derivados, además de que se carece de la infraestructura tanto para la captura como para su industrialización.

Las jibias o sepias son cefalópodos decápodos, pelágicos y buenos nadadores, de alto valor como alimento y de gran importancia para la industria pesquera de algunos países como España, en donde a las Sepia officinalis se les llama "rellenas", "castañuelas" y "chocón". La tinta de la jibia se ha empleado en la fabricación del llamado "color sepia".

Para su captura se emplea un curioso sistema de pesca: una hembra se sujeta a una cuerda para sumergirla, a ella acuden los machos que se le fijan, entonces el pescador la saca, atrapa a los machos y regresa las hembras al agua.

En algunas ocasiones la hembra es sustituida por un trozo de madera triangular que lleva un espejo empotrado: el macho, al ver su imagen reflejada, lo toma por un individuo de otro sexo y se lanza sobre el engaño.

Semejantes a las jibias en las costas atlánticas y mediterráneas, se capturan los chopos o "chopitos", que pertenecen a varias especies del género Sepiola, a los que también se les llama "globitos" o "morraleta" por su forma globosa; son muy gustados y se capturan con redes; se venden mezclados con calamares jóvenes. Algunas de estas especies se comen en Cuba, en donde se les llama "chopos" y en Brasil, Uruguay, Chile y Argentina, donde son conocidas como "calamarcitos". En México, se encuentra el "chopo del Pacífico" (Rossia pacifica) y se le denomina "calamar".

Los pulpos pertenecen al orden de los octópodos: cefalópodos de cuerpo globoso y desprovisto de aletas natatorias, son ocho los brazos que rodean a su boca, sin presentar los dos tentáculos, ni la concha interna. Viven en los fondos de naturaleza rocosa, escondidos durante el día en oquedades de acantilados o en las pequeñas cavernas, en acecho de pececitos o cangrejillos que les puedan servir de alimento y que salen a buscar al anochecer.

Por el extraño aspecto que les da su cuerpo blando y viscoso y sus tentáculos provistos de ventosas que se adhieren fuertemente cuando capturan a sus presas o cuando se desplazan utilizando para ello sus brazos que se fijan en el sustrato, estos animales han sido protagonistas de numerosas leyendas, tanto de pescadores y marineros como de escritores; así nació la del "kraken", monstruo semejante a un pulpo o calamar de gran tamaño, creada por los hombres de mar en Europa.

Para ello existe cierta razón, ya que estos organismos son considerados como los invertebrados de mayor tamaño que habitan el océano; entre ellos se encuentra el "pulpo gigante" (Octopus dofleini) que se localiza en el Pacifico norte, desde California hasta Alaska y hacia el oeste hasta Corea, Japón y la Unión Soviética; y el "calamar gigante" (Architeuthis longimanus) que vive en las costas del Atlántico desde Bermudas hasta Terranova, a grandes profundidades y, en ocasiones, los temporales los han llevado a costas europeas.

Los pulpos también son capaces de cambiar de coloración y aspecto, para poderse confundir con el ambiente donde viven, cambian de tonalidades en segundos y los colores recorren su cuerpo en oleadas, tomando el color del fondo. Junto con estos cambios de color pueden lanzar un líquido de color negro llamado "tinta", que se difunde con rapidez en el agua volviéndola turbia, lo que es empleado como mecanismo de defensa.

El pulpo se alimenta de gusanos, pequeños crustáceos, otros moluscos y algunos peces, que captura utilizando la fuerza de sus tentáculos, pero los cangrejos son su alimento favorito.

Los sexos de estos animales están separados y en algunas especies se presentan "danzas" entre el macho y la hembra, antes de realizar la fecundación.

Se localizan desde la zona intermareal, viviendo entre las rocas, los arrecifes de coral o los pastos marinos, hasta profundidades de 1 500 metros, como es el caso de los "pulpos vampiros" (Vampyroteuthis grimaldi), que viven en el norte de España.

La distribución del pulpo es extensa: se encuentra en el Atlántico norte, Mar del Norte, Atlántico sur, Pacífico, Indopacífico y Mediterráneo. Su pesquería está muy desarrollada en países como Japón, Uruguay, Argentina y España que en conjunto capturan aproximadamente el 85% del total mundial.

En el litoral del Atlántico, desde Brasil hasta Argentina, se localizan los pulpos argentinos o "tehuelches" (Octopus tehuelchus) llamados "polvos" en Brasil; sólo son comestibles los individuos jóvenes, ya que con la edad y el aumento de tamaño su carne se hace correosa. En Perú y Chile se consume el Octopus fontanisnus.

En España, los pulpos almizcleros pop-pudent (Eledone moschata) son muy apreciados, sobre todo entre los catalanes que preparan un plato muy especial, el de "pulpets", que puede condimentarse de diversas formas. En Francia se captura el "pulpo común" (Octopus vulgaris).

El Octopus hummelencki es un pulpo que se encuentra distribuido en aguas tropicales y en el Atlántico occidental, desde Florida hasta Brasil incluyendo el Caribe y coincide con las zonas de corales.

En el Mediterráneo se pesca el pulpo de la especie Octopus macropus y en el norte del Océano Indico, las especies Octopus globosus y Octopus hongkongensis.

Las pesquerías del pulpo en Japón se han desarrollado desde hace 30 años y gracias a las ingeniosas técnicas que los japoneses aplican en su captura, han transformado esta pesquería en una importante industria. Las principales especies que la sostienen son el pulpo gigante (Octopus dofleini), el Octopus membranaceus y el Octopus variabilis; sin embargo, las grandes capturas realizadas han ocasionado una disminución en sus existencias, por lo que se ha iniciado un esfuerzo pesquero hacia nuevas especies de cefalópodos así como programas para la conservación de este importante recurso.

Figura 24. Pulpo.

En la mayoría de los países en que se captura el pulpo, se utilizan "ganchos" o "garfios", "poteras", "mazos" y pesca de arrastre, comercializándose fresco-congelado, enlatado, cocido o seco. Con los pulpos se preparan infinidad de platillos según las costumbres de diferentes países; su tinta también se aprovecha en la industria.

Los japoneses han diseñado técnicas de captura muy eficientes que otros pescadores de pulpo empiezan a utilizar, basadas en el interesante comportamiento de estos animales. Uno de los métodos más empleados es el "palangre sumergido" que consiste en una línea que se mantiene tensa por medio de pesas y flotadores y de ella cuelgan otras líneas cortas con un guinche en su extremo. El artefacto se coloca en las zonas por donde los pulpos pasan al salir de su escondite hacia lugares donde obtienen su alimento; los animales, al hacer contacto con los ganchos, se ensartan y enredan. Como "señuelo" se colocan tiras de tela o plástico de color rojo o amarillo que se mueven con la corriente y atraen al animal, facilitando que éste quede atrapado en el gancho.

Otro método para su captura se basa en la costumbre que tienen estos organismos de refugiarse en sitios oscuros: con una línea de flotadores se sujetan recipientes de plástico, barro o madera, que hacen las veces de nasas y dentro de las cuales según la costumbre del pescador, se coloca carnada; los pulpos entran en ellas utilizándolas como escondites y entonces es cuando se cobran y capturan. Se recomienda este método para zonas de fondo arenoso o rocas grandes y lisas, de modo que no compitan con refugios naturales del animal.

En México la pesquería del pulpo se encuentra establecida fundamentalmente en las costas del Golfo de México y Mar Caribe; son siete especies del género Octopus las que se capturan; el grueso de la pesquería está formado por el "pulpo común" (Octopus vulgaris) o por el Octopus maya de las costas de la península de Yucatán. En el Océano Pacífico se captura una sola especie en Baja California, el "pulpo manchado" (Paraoctopus limaculatus) o "pulpo del Pacífico".

Figura 25. Pescador de pulpos.

La unidad de pesca para la captura del pulpo está formada por pequeñas embarcaciones de madera o fibra de vidrio, con una eslora de 8 metros, las cuales pueden moverse por medio de vela o por motor fuera de borda y tienen una capacidad de 2 toneladas. El arte de pesca empleado es conocido como "gatero", consiste en el uso de líneas con cebos, formados por cangrejos, conchas de caracol, etc., atados a la línea junto con el plomo; estas líneas pueden ir fijas en un extremo de la embarcación o a varas colocadas ex professo, pudiéndose utilizar de 25 a 35 líneas por embarcación. Una vez colocadas las líneas, la embarcación se deja a la deriva, para arrastrar los cabos por el suelo y que el cebo sea percibido por el pulpo; al levantar el pescador las líneas, se saca el animal del agua tomándolo con la mano.

En 1988 se capturaron 8 346 toneladas de pulpo; esta pesquería ha presentado una tasa de crecimiento anual de 34%. Los mayores registros de captura los tienen los estados de Campeche, Veracruz, Yucatán y Quintana Roo; se está iniciando la pesquería en Baja California y Sonora. El potencial de captura para las especies de pulpo ha sido estimado en alrededor de 10 mil toneladas por año, aunque posiblemente, cuando termine la investigación, en zonas de mayor profundidad se considere mucho mayor.

El Phylum de los moluscos representa por su diversidad, abundancia y posibilidad de cultivo, así como por su valor nutritivo, un grupo de gran importancia potencial para las pesquerías del mundo y otra posible fuente de alimento que el hombre debe aprovechar racionalmente para resolver el problema de proporcionar proteínas de bajo costo a las nuevas generaciones, así como para establecer nuevas industrias que proporcionen fuentes de trabajo y divisas a todos los países, en especial a los que inician su desarrollo.

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