XX. NOOTRÓPICOS

A ESTE GRUPO DE SUSTANCIAS se le ha atribuido la capacidad de mejorar las funciones cerebrales integrativas superiores (noéticas), como la memoria y la capacidad de aprender, percibir, pensar y concentrarse, pero para las cuales se desconoce un mecanismo de acción uniforme o específico. También se les conoce como gerontopsicofármacos (usados en pacientes de edad avanzada), agentes geriátricos, estimulantes del metabolismo cerebral, activadores cognoscitivos, estimulantes de la inteligencia, energizantes cerebrales, etcétera.

Como se puede apreciar, con estas drogas se pretende compensar la disminución de las capacidades intelectuales que acompañan el envejecimiento. Es difícil establecer el límite de normalidad de esta pérdida. Cuando el deterioro mental se considera severo, entonces se infiere insuficiencia cerebral, síndrome orgánico cerebral o demencia senil. Sólo en el caso de las demencias se ha podido establecer un sustrato anatómico afectado, como pequeñas lesiones cerebrales de origen vascular, cambios que se observan al microscopio como acúmulos de material degenerativo o ambos. La enfermedad de Alzheimer es un tipo de demencia senil que puede aparecer a edad relativamente temprana (de 50 a 55 años) y que se vuelve un problema médico-social en plena expansión, por el simple hecho de que cada vez hay más gente de edad avanzada, particularmente en los países desarrollados.

Se ha propuesto que los nootrópicos facilitan la adquisición de la información (aprendizaje), su consolidación y la evocación (recuperación de la información a partir de los almacenes de la memoria), pero no se han confirmado inequívocamente estos efectos. Los resultados de experimentos de laboratorio son contradictorios o no comparables, porque se han usado modelos diferentes para evaluar los efectos cognoscitivos de estas sustancias.

En animales se pueden producir trastornos del aprendizaje y la memoria si se lesionan estructuras que contienen acetilcolina (véase el capítulo V) o si se administran sustancias que interfieren con la neurotransmisión colinérgica. Parte de estos déficits pueden contrarrestarse con la administración de agentes colinérgicos. Sin embargo, en pacientes con enfermedad de Alzheimer u otros tipos de demencia senil, los fármacos que facilitan la actividad de la acetilcolina no han mostrado una eficacia real. Una excepción podría ser la tacrina, fármaco que se está usando actualmente en algunos países para tratar cuadros de pérdida cognoscitiva significativa.

Entre los agentes nootrópicos encontramos los siguientes: piracetam, etiracetam, oxiracetam, pramiracetam, aniracetam, tenilcetam, milacemida, etcétera.

Debemos tener cuidado con los fármacos que se anuncian como "energizantes cerebrales" o "estimulantes de la memoria". ¿Quién no ha soñado con una pastillita que podamos tomarnos un día antes del examen y aprendernos todo lo que no aprendimos durante el año? Hasta el momento esta droga maravillosa no existe. Sería un gasto inútil.

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