Apenas iniciaba su vida independiente, la Diputaci�n Provincial de Guadalajara advirti� la penuria de las finanzas, y la carencia de una s�lida fuente de ingresos. En esta �poca comenzaron a llegar a Guadalajara inmigrantes ingleses, franceses y norteamericanos para dedicarse al comercio, aprovechando la promoci�n gubernamental. Como el gobierno federal se hab�a adjudicado desde un principio el control de aduanas, el estatal nada pod�a hacer en favor de los artesanos locales, quienes no contaban con cr�ditos ni con otros incentivos y ve�an c�mo sus productos eran desplazados por los de procedencia extranjera, importados por los reci�n llegados en grandes cantidades. Adem�s, a territorio jalisciense segu�a llegando mercanc�a de contrabando tanto por el lado del Pac�fico: Manzanillo, Navidad y San Blas, como por el del golfo: Tampico v�a San Luis Potos� y Lagos.
La agricultura, en cambio, tuvo un repunte del 40% entre 1821 y 1838, principalmente
porque se generaliz� el uso de animales y se mejoraron sus t�cnicas. No obstante,
en esta �poca se padeci� una gran escasez de caballos por el abundante uso de
ellos durante la insurgencia; por otro lado, la crianza de cerdos se generaliz�
a�n m�s. La miner�a sufri� una marcada decadencia en Jalisco, pues solamente
Bola�os alcanz� a repuntar gracias al capital ingl�s, pero su auge result� pasajero.
