En cuanto a la ense�anza elemental, en 1821 el Ayuntamiento de Guadalajara hab�a establecido una primera escuela sostenida con su propio peculio, y la Iglesia empez� a perder as� la exclusividad educativa. Esto se logr� cuando Prisciliano S�nchez asumi� la gubernatura y se comprometi� a fundar escuelas de primeras letras en todos los pueblos de la entidad y a elaborar un "moderno" plan de estudios. En ese tiempo fueron clausurados el colegio de San Juan Bautista y la Real y Literaria Universidad de Guadalajara. Y para suplir el vac�o dejado por �sta, el gobierno estatal dispuso la creaci�n del Instituto del Estado, el cual abri� sus puertas el 14 de febrero de 1827. Como director de la nueva casa de estudios fue nombrado Pedro Lissaute, un franc�s se�aladamente anticlerical. Asimismo, por medio de la reci�n creada Junta Directora de Estudios, se contrat� personal especializado en la aplicaci�n del m�todo lancasteriano que facilitaba la empresa educativa, pues resultaba muy econ�mico.
El 1 de junio de 1828 comenz� a funcionar la Escuela Normal Lancasteriana de Guadalajara; no obstante, el panorama educativo en Jalisco segu�a siendo muy pobre. En 1830 hab�a tan s�lo una escuela p�blica por cada ocho mil habitantes, mientras que 518 j�venes estaban matriculados en el Instituto del Estado y 500 en el Seminario Conciliar.
En 1817, procedente de la Academia de San Carlos de la ciudad de M�xico, hab�a llegado a Guadalajara el pintor Jos� Mar�a Uriarte para fundar la Academia de Bellas Artes, en la que se ense�ar�an nuevas t�cnicas en la pintura. Tal instituci�n, si lleg� a existir, pas� sin pena ni gloria; en 1826 Uriarte fue nombrado director de pintura del Instituto de Ciencias donde continu� su contribuci�n a conformar una pl�stica m�s popular y con fuerte sabor regional. Estos pintores, llamados "populares", sobreviv�an haciendo retratos de comerciantes y rancheros acaudalados, as� como de uno que otro cl�rigo. Con toda seguridad el pintor m�s cotizado fue Jos� Mar�a Estrada. Hay quien opina que hubo un padre y un hijo con este nombre, pero parece que se trata de dos estilos sucesivos perfectamente definidos del mismo artista: el segundo mucho m�s delicado que el primero.
Otro destacado alumno de Uriarte fue el tapat�o Jos� Mar�a Mares (1810-1885),
quien fue el preferido de la mitra. Entre varios retratos de sacerdotes destaca
el del obispo Diego Aranda Carpinteiro.