El repunte federalista


Tan pronto asumi� el cargo, en 1846, Paredes se empe�� en instaurar una monarqu�a en M�xico, asegurando que era la �nica forma de unir y consolidar la naci�n. Los federalistas de Jalisco y el jefe de la guarnici�n de Guadalajara, Jos� Mar�a Y��ez, se apresuraron a manifestarse abierta y en�rgicamente en su contra, en tanto que era depuesto Antonio Escobedo e instalado en su lugar Juan N. Cumplido, el �ltimo gobernador federalista en 1834. Para terminar con la insubordinaci�n en la entidad, Paredes envi� un grueso contingente, pero �ste no alcanz� los resultados esperados. Por otro lado, Mariano Salas aprovech� el desamparo de la capital y se sublev� desde ah� contra el presidente, logrando ocupar su sitio r�pidamente. Tras este acontecimiento, el federalismo qued� restablecido en Jalisco y se procedi� a conformar una nueva legislatura estatal, compuesta por federalistas aguerridos como J. Guadalupe Montenegro y Gregorio D�vila.

Una de las primeras acciones para consolidar la nueva administraci�n fue la publicaci�n del peri�dico El Republicano Jalisciense, en el que se subrayaba que durante su primera �poca el federalismo no hab�a tenido el tiempo suficiente para mostrar sus cualidades, a la vez que se tachaba al centralismo de "oprimir al pueblo".

Pronto el desencanto desplaz� a la euforia al tenerse noticia de que soldados de Estados Unidos hab�an invadido el pa�s, y uno de sus barcos de guerra anclaba frente al puerto de San Blas y lo bloqueaba por completo. De inmediato los jaliscienses se aprestaron a contribuir econ�micamente para enviar tropas contra los invasores, excepci�n hecha del clero que se neg� a ayudar con otra cosa que no fueran "oraciones al cielo" para calmar la ira divina.

A mediados de 1847 se acord� una alianza militar con los estados de Aguascalientes, M�xico, Quer�taro, San Luis Potos� y Zacatecas, cuyo prop�sito fue rechazar el ataque de los yanquis, en tanto que se promov�a hacerles la "guerra total". Pero el 2 de febrero de 1848 se firm� el Tratado de Guadalupe-Hidalgo que puso fin a la guerra y cedi� m�s de la mitad del territorio al vencedor.

La derrota produjo honda consternaci�n entre los jaliscienses, m�xime que se temi� la posibilidad de ser anexados completamente por los Estados Unidos. Este hecho coadyuv� a fortalecer un sentimiento unitario en la poblaci�n.

Por otra parte, con la finalidad de solventar la persistente debilidad del erario, a mediados de septiembre de 1848 el gobierno estatal realiz� una amplia consulta que mostr� la preferencia por las contribuciones directas, pero no se atrevi� a aplicar la medida por carecer de estad�sticas confiables. Sin embargo, en febrero de 1849, esta inquietud se llev� hasta el Congreso Federal, pidiendo que los impuestos fueran equitativos para todas las entidades de la Rep�blica, mas no se alcanz� el objetivo.


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