La rebeli�n escobarista


Al ser asesinado el general �lvaro Obreg�n, presidente electo, asumi� el cargo con car�cter de provisional el licenciado Emilio Portes Gil el 17 de abril de 1928. En marzo del a�o siguiente, el general Jes�s M. Aguirre se rebel� en Veracruz contra el gobierno. En Sonora el general Francisco R. Mazo firm� el Plan de Hermosillo, desconociendo tambi�n a Portes Gil. Como jefe supremo de ese movimiento y del Ej�rcito Renovador de la Revoluci�n, fue designado el general Gonzalo Escobar, jefe de operaciones de La Laguna, a quien se unieron Francisco Urbalejo, de Durango, y Marcelo Caraveo, de Chihuahua.

El comandante de la plaza de Monterrey, Juan Andrew Almaz�n, hab�a sido llamado para combatir a Aguirre en Veracruz, dejando en su lugar al general Rodrigo Zuriaga. Escobar march� sobre Monterrey, y el 4 de marzo se present� ante la ciudad con 1 500 hombres. A su llegada sorprendi� e hizo prisionero al jefe del 68 Regimiento de Linares, que acud�a en auxilio de la plaza. Zuriaga distribuy� los escasos elementos de que dispon�a: a los coroneles Leopoldo Dorantes y Francisco de P. Berlanga, en el obispado; entretanto, �l se afortin� en las calles adyacentes a la penitenciar�a y en la azotea del templo de Dolores. La Gendarmer�a de Monterrey participar�a en la defensa, pero su jefe, el inspector general coronel Julio Cejudo, fue aprehendido por las fuerzas escobaristas.

Escobar avanz� hasta la penitenciar�a, a cuya azotea se replegaron las fuerzas de Zuriaga, quien a los primeros disparos fue muerto all� de un balazo en la cabeza. Tom� entonces el mando el general Julio Hern�ndez Serrano. Sus subalternos tocaron parlamento y cuando �l iba a investigar por qu�, aquellos abrieron las puertas del penal y entraron los escobaristas. Hern�ndez se rindi�; entretanto, Dorantes y Berlanga lograron escapar.

Al d�a siguiente las fuerzas federales al mando del general Eulogio Ortiz llegaban procedentes de Tampico. Escobar y su gente evacuaron la plaza, no sin haber obligado antes al personal de la sucursal del Banco de M�xico a la entrega de un mill�n de pesos en oro. Ortiz sali� en seguimiento suyo hasta Pared�n, participando tambi�n en esta persecuci�n las fuerzas de Almaz�n, quien hab�a regresado a Monterrey. Las tropas de Escobar fueron aniquiladas en Jim�nez, Chihuahua, por Plutarco El�as Calles.


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