En Bustamante y en Salinas


Los tlaxcaltecas hicieron posible la colonizaci�n del norte de Nuevo Le�n, pues el avance septentrional en la primera mitad del siglo XVII apenas si hab�a logrado trasponer el r�o de las Salinas, llamado entonces de los Cuanaales, por ser habitaci�n del temible grupo de este nombre.

En 1688 los tlaxcaltecas del Saltillo obtuvieron autorizaci�n del gobernador de Nuevo Le�n, don Agust�n de Echeverz y Subiza, para fundar un pueblo, al cual impusieron el nombre del marquesado o t�tulo nobiliario del gobernante: San Miguel de Aguayo (hoy villa de Bustamante). Fueron ellos los que descubrieron los yacimientos mineros en esa regi�n propiciando la fundaci�n del real de San Pedro de Boca de Leones (hoy Villaldama) en 1688 y el de Santiago de las Sabinas (hoy Sabinas Hidalgo) en 1692.

En el mismo a�o de 1686 fue fundado el pueblo de Nuestra Se�ora de San Juan de Tlaxcala, en la ribera del r�o Pesquer�a, frente al cerro del Camaj�n, en el actual municipio de Higueras, pero perteneciente entonces al valle de las Salinas. Despoblado a fines del XVIII, fue vuelto a fundar con el nombre de San Antonio de la Nueva Tlaxcala, pueblo que exist�a a�n en 1714.

A inmediaciones de San Miguel de Aguayo les fue dado asiento, tambi�n en 1686, a los indios chichimecas de esa regi�n, pero no perduraron. Dos o tres a�os despu�s se fueron a Coahuila (Monclova), de donde "acogidos por los indios rebelados", volvieron a San Miguel. El gobernador Mier y Torre, con anuencia de los tlaxcaltecas, les se�al� tierras y establecieron el pueblo de San Antonio de los Alazapas, de que les dio posesi�n el 4 de agosto de 1710, donde ya hab�a estado, "en el mismo paraje en que nos hallamos y trabajando en la propia iglesia que hoy hay".


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