La lucha armada


En mayo de 1909 se hab�a iniciado en la ciudad de M�xico el movimiento antirreeleccionista impulsado por Francisco I. Madero, con miras a participar en las elecciones nacionales de 1910. En enero de ese a�o, Madero lleg� a Mazatl�n para organizar el antirreelecionismo en Sinaloa, donde encontr� condiciones favorables creadas por la reciente campa�a local; sin embargo los m�s destacados ferrelistas se abstuvieron de apoyar a Madero, temerosos de la represi�n gubernamental que ya hab�an probado. En los pocos d�as que Madero estuvo en Sinaloa, logr� formar los clubes antirreeleccionistas de Mazatl�n, Culiac�n y Angostura, de donde salieron activos luchadores pol�ticos, como el ingeniero Manuel Bonilla, Felipe Riveros, Rosendo Verdugo y el profesor Gabriel Leyva Solano, quienes extendieron la organizaci�n maderista a otros puntos del estado.

El gobierno de Redo enfrent� la situaci�n de la misma forma en que lo hab�a hecho Ca�edo; persigui� con violencia a los maderistas y prepar� la manipulaci�n de las elecciones. La primera v�ctima de la represi�n fue Gabriel Leyva Solano, quien fue aprehendido en Cabrera de Inzunza bajo el cargo de sedici�n, el d�a 7 de junio de 1910, y le fue aplicada la "ley fuga" en ese mismo lugar, a los seis d�as de su detenci�n. Los prefectos y directores pol�ticos condujeron las elecciones como era la costumbre en Sinaloa, y el fraude se consum� el d�a 11 de julio cuando los colegios electorales decidieron que los sinaloenses votaban por la reelecci�n de Porfirio D�az y Ram�n Corral, como presidente y vicepresidente de la rep�blica. Como en los dem�s estados de la federaci�n ocurri� otro tanto, los antirreeleccionistas decidieron luchar con las armas en defensa de sus derechos pol�ticos. El 5 de octubre de 1910, Francisco I. Madero proclam� el Plan de San Luis que convocaba a la rebeli�n armada para el d�a 20 de noviembre.

La etapa maderista
La etapa constitucionalista
La escisi�n de los revolucionarios

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