La palabra Sinaloa es de etimolog�a incierta. Durante mucho tiempo se acept� la interpretaci�n propuesta por el sabio sinaloense del siglo XIX don Eustaquio Buelna, quien afirmaba que el t�rmino pertenec�a a la lengua cahita y que significaba "pitahaya redonda" (incluso el escudo de armas del estado se basa en esta interpretaci�n, pues su contorno tiene la forma del fruto de la pitahaya); sin embargo, los ling�istas contempor�neos no consideran correcta esta etimolog�a, si bien no han propuesto otra m�s acertada. Lo que sabemos con seguridad es que la palabra "Sinaloa" aparece en los documentos espa�oles del siglo XVI, que son los m�s antiguos que se refieren a esta regi�n. Se empleaba para designar a un r�o, que a veces era el actual R�o Fuerte, o bien el que hoy conocemos como R�o Sinaloa. Asimismo, se utilizaba para designar a un grupo ind�gena, los sinaloas, perteneciente a la familia cahita y que habitaba en las m�rgenes del r�o en lo que hoy es el municipio de El Fuerte, y para llamar tambi�n a un territorio de l�mites imprecisos que empezaba en el R�o Mocorito y se extend�a hacia el norte hasta donde llegaba el dominio de los espa�oles.
En la actualidad, la palabra "Sinaloa" se aplica al estado de la federaci�n mexicana que fue creado el 13 de marzo de 1831 por disposici�n del Congreso General de la Rep�blica. Tambi�n hoy la usamos para designar a un r�o, a un municipio y a una ciudad. Adem�s, el territorio al que anta�o se aplic� el nombre Sinaloa no ten�a las mismas dimensiones de ahora, sino que en distintas �pocas tuvo diversas extensiones y diferentes l�mites. As�, pues, el nombre Sinaloa puede provocar equ�vocos dada la diversidad de sus acepciones, por lo que debe ser empleado con precisi�n y claridad para prevenir interpretaciones erroneas.
�ste es el escenario: un territorio cuyas caracter�sticas hemos resumido como pre�mbulo al objeto principal de este libro, que es la historia de sus pobladores. Haremos un sucinto recorrido de cinco siglos, del XVI al XX, para mostrar c�mo ha evolucionado la sociedad sinaloense y c�mo ha llegado a ser la que hoy conocemos.
