Cuando M�xico avanz� en el camino de la industrializaci�n, en Zacatecas no exist�an las condiciones propicias para el desarrollo de la industria de transformaci�n. La tarea deb�a partir de cero, por lo que el gobierno de Jos� Minero Roque logr� la aprobaci�n de la Ley de Fomento Industrial (1954), para apoyar el establecimiento de plantas industriales en el estado por la v�a de una amplia exenci�n de impuestos (a la industria, al comercio, predial, sobre el traslado de dominio, entre otros).
La necesidad de crear las condiciones para la industrializaci�n de la entidad se hizo evidente durante la crisis de 1957, cuando la sequ�a afect� a la agricultura y la ganader�a, y los precios de la miner�a se desplomaron. Las dificultades que enfrentaban las actividades primarias parec�an inatacables. Las medidas correctivas intentadas por las diferentes instancias gubernamentales fracasaron repetidamente, lo que llev� al gobernador Francisco E. Garc�a a buscar en la industrializaci�n una fuente m�s estable de crecimiento. Sus propuestas fueron en t�rminos generales bien acogidas por la sociedad zacatecana. Sin embargo, los sectores a quienes se dirig�an las iniciativas actuaron de manera cautelosa, lo que explica que al final del sexenio no hubiera m�s que tres nuevas empresas: la Empacadora de Carnes de Zacatecas, la embotelladora de Coca-Cola y la Panificadora de Zacatecas.
La industria de bienes intermedios aprovisionada por la miner�a no encontraba los capitales requeridos, mientras que la industria de bienes de consumo se topaba con un obst�culo que tal vez era desestimado por los proyectos gubernamentales pero identificado por los empresarios: la falta de mercado derivada de los bajos ingresos generados por la agricultura, la actividad que daba ocupaci�n a la mayor parte de la poblaci�n.
El proyecto qued� en suspenso hasta que el general P�manes lo retom� comprometi�ndose a obtener el apoyo de instituciones que realizaran las inversiones que el desarrollo industrial del estado exig�a. Fue por ello que se pusieron en estudio, bajo la coordinaci�n del Fondo Nacional de Fomento Ejidal, la Nacional Financiera y la Comisi�n Nacional de Zonas �ridas, proyectos destinados a utilizar las materias primas de la zona semides�rtica y a transformar algunos de los productos agr�colas que se enviaban a Aguascalientes para su tratamiento industrial. Tambi�n se realizaron los estudios necesarios para la instalaci�n de f�bricas destinadas a abastecer a la industria de la construcci�n; y empresas textiles que aprovecharon la producci�n de lana de la entidad.
En septiembre de 1974 comenz� a operar la primera empresa maquiladora en Zacatecas. Con la apertura a este tipo de empresas el gobierno zacatecano intentaba atenuar el grave problema del desempleo. El nivel salarial en Zacatecas era m�s bajo que el de otras entidades del norte y centro del pa�s, por lo que las maquiladoras que buscaban mano de obra abundante y barata ten�an en este estado una buena oportunidad. De hecho, Zacatecas no s�lo ofrec�a el atractivo de la mano de obra abundante y barata. Su localizaci�n geogr�fica le daba una ventaja frente a otros estados interesados en atraer inversiones for�neas y para estos a�os contaba ya con la infraestructura m�nima requerida.
Sin embargo, el fracaso de la pol�tica econ�mica del gobierno del presidente Echeverr�a, que condujo a la devaluaci�n del peso y a la firma de un acuerdo de estabilizaci�n con el Fondo Monetario Internacional, interrumpi� el incipiente proceso de industrializaci�n por la contracci�n de la inversi�n p�blica federal. Zacatecas qued� a la espera de capitales privados interesados en transformar las materias primas zacatecanas.
Cuando la econom�a zacatecana creci� de manera sostenida en los a�os ochenta, se hizo evidente que el crecimiento del ingreso depender�a de agregar valor a los alimentos y minerales producidos en la entidad por medio de su procesamiento industrial. Pero para ello era necesario pensar en capacitar al personal, modernizar la planta instalada y buscar mercados dentro y fuera del pa�s.
La industria, al igual que en el pasado, result� menos sensible que otros sectores de la econom�a a los est�mulos de la pol�tica econ�mica. La respuesta de los inversionistas fue lenta pero se produjo. Las promesas de inversi�n entre las que destaca la construcci�n de la planta cervecera m�s grande de Am�rica Latina coincid�an con el auge productivo del sector agropecuario en la entidad, lo que hac�a esperar, al final del periodo analizado en este libro, el establecimiento de una relaci�n din�mica entre los dos sectores que permitiera el aprovechamiento industrial de los insumos agr�colas producidos en la regi�n.
Zacatecas no ha podido romper el c�rculo vicioso de la pobreza, pero hay signos alentadores de que esto puede ocurrir en un futuro cercano. Sin embargo, la experiencia de medio siglo demuestra que la elevaci�n del nivel de vida de la mayor�a de los zacatecanos no se dar� si no se logra que la ampliaci�n de los espacios democr�ticos se traduzca en una efectiva igualdad de oportunidades.