XVI. EL LEÓN Y LA VULPEJA

El le�n representa la fortaleza: la vulpeja simboliza la astucia. El le�n es fuerte, grande, magn�fico: la vulpeja es h�bil, ligera, discreta.

Nicol�s Maquiavelo quiere que el pol�tico sea como el le�n y sea como la vulpeja. Maquiavelo fue un pol�tico muy notable; intervino en multitud de asuntos diplom�ticos; conoci� y trat� �ntimamente a hombres insignes y pr�ncipes; luch� ardientemente por la libertad de su patria; sufri� el olvido y la pobreza. Durante estos d�as amargos de escasez —que �l soport� ligera y tranquilamente— escrbi� el diplom�tico florentino en su libro II principe.

El pol�tico ha de ser fuerte y h�bil: �sta es la doctrina de Maquiavelo. El le�n y la vulpeja le suministran un ejemplo para hacer patente, resaltante, su idea. Es necesario —dice Maquiavelo— ser vulpeja para conocer los lazos y ser le�n para espantar los lobos: bissogna essere volpe o conoscere i lacci, e lione a sbigottire i lupi.

El le�n y la vulpeja son dos animales famosos en la historia de la pol�tica. Cicer�n, en su obra De los oficios, libro I, escribe que " de dos modos se puede hacer injuria: o con la fuerza o con el enga�o; la fuerza parece propia del le�n, y el enga�o de la vulpeja". Ya mucho antes que el orador romano, Plutarco dec�a en sus Vidas paralelas, al relatar las gestas de Lisandro, que una de las m�ximas que profesaba este general lacedemonio era la de que "lo que no se puede conseguir con la piel del le�n, debe alcanzarse con la de la vulpeja".

Ne quid nimis: huyamos de los extremos. No consideremos al le�n como usador arbitrario de su fuerza: no tengamos a la vulpeja como tramadora de enga�os. El le�n puede ense�ar al pol�tico la fortaleza noble: la vulpeja puede adiestrarle en la habilidad discreta.

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