Rutas y cañadas


Los lugares de origen fueron, durante largos años, Huichapan, Querétaro, Lagos, Tepetitlán, San Luis Potosí, San Juan del Río y otros. Los señores de ganados formalizaban contratos, ante notario, con los mayordomos de las haciendas trashumantes. Los rebaños, como ya lo expresamos, tenían que hacer un recorrido de más de 700 kilómetros; tras de pasar por la villa de San Felipe, proseguían hacia el río de Medina, al oriente de Zacatecas, para continuar hacia el norte. Los mayordomos, antes de llegar a cada provincia y en particular al Nuevo Reino de León, daban aviso a los gobernadores, a fin de que les señalaran los caminos o cañadas por las cuales habían de entrar. Hacerlo sin este requisito les hacía acreedores a una multa de hasta 500 pesos.

Había dos entradas al Nuevo Reino de León, una en el sur, pasando por San Luis Potosí y Armadillo hasta el puerto natural de Matehuala, y otra por el poniente, por Saltillo, hasta la cuesta de los Muertos. Los del sur se bifurcaban para entrar por San Antonio de los Llanos (Hidalgo, Tamaulipas); otros, por la Boca de San Cristóbal para proseguir hasta el valle del Pilón. Los del poniente continuaban desde Charcas por las haciendas de Guadalupe, San Juan de Vanegas, Pozo de Ánimas, San Salvador, Encarnación y Aguanueva. Continuando por Saltillo por los Ojos de Navarro proseguían por Ojo Caliente, Encinillas y Rinconada, desde donde se proyectaban hacia diversos rumbos, hasta la Boca de los Leones y el río Bravo.


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