El descontento volvió a manifestarse a unos meses del arribo del general de división Fernando Pámanes Escobedo, elegido gobernador para el periodo 1974-1980. El escaso dinamismo de sus antecesores para imprimir a la economía zacatecana el dinamismo que moderara la pobreza en que vivía la mayoría de la población dio motivo a la protesta social. Los campesinos sin tierra y los minifundistas, con la participación de colonos de las zonas populares, estudiantes y profesores universitarios, se organizaron en el Frente Popular de Zacatecas (FPZ
).
Para los miembros de esta organización política la marginación se explicaba en el hecho de que la riqueza seguía concentrada en unas cuantas manos. La denuncia en contra de los ganaderos era directa: utilizaban tierras destinadas a la agricultura como tierras de agostadero para mantener una ganadería intensiva que presentaba niveles de productividad sorprendentemente bajos y no generaba empleos.
La fuerza que logró el movimiento campesino aliado con los universitarios empujó a los gobiernos federal y estatal a dar una solución. La presión ejercida por la organización en la cual destaca la toma de tierras en los municipios de Villanueva, Guadalupe y Villa de Cos tuvo como respuesta del gobierno del presidente Luis Echeverría un nuevo reparto de tierra que benefició a casi 4 000 campesinos demandantes. Los solicitantes de tierra, según el FPZ
, eran aproximadamente 100 000 campesinos.
El gobernador Pámanes, por su parte, se comprometió a afectar todas las tierras susceptibles de ser entregadas a los campesinos, pero advirtió a éstos que la verdadera solución a su problema era la creación de empleos.
El estímulo que significó la respuesta de los gobiernos federal y estatal propició la organización de los campesinos para la producción, misma que cobró importancia en la segunda mitad de los años setenta. En diversas partes del estado comenzaron a formarse uniones ejidales para organizar la producción, comercialización e industrialización de la producción agropecuaria.