La cultura del antojito

Perm�tase la expresi�n "cultura del antojito", por m�s que desde hace unos a�os se viene abusando del t�rmino cultura. Ahora se habla de cultura laboral, cultura de la muerte, cultura de la protecci�n civil y un sinn�mero de aplicaciones m�s.

Hablamos de la cultura del antojito porque se trata de una forma de ser del mexicano, de una costumbre alimenticia tradicional y ancestral que comprende pr�cticamente a todas las clases sociales, en fin, porque los antojitos aparecen de manera cotidiana en la vida de la mayor parte de nosotros.

Un estudio exhaustivo de los antojitos s�lo podr�a ser realizado por un amplio grupo de trabajo abocado a este asunto durante un tiempo considerable, y los resultados dar�an lugar a una verdadera enciclopedia. Por tal motivo, conviene ahora concentrarse en tres alimentos, sin duda los m�s generalizados en toda nuestra vasta geograf�a culinaria: los tacos, los tamales y las tortas.

Aunque la "alta cocina" mexicana est� muy estudiada, hay que se�alar que hoy en d�a, de manera poco comprensible, investigadores, cocineras, gastr�nomos y escritores dejan de lado con frecuencia a los antojitos cotidianos m�s sencillos y habituales. La suculencia de un mole poblano, por ejemplo, la disfrutamos quiz� una vez al mes; en cambio, casi no hay d�a en que no comamos uno o varios tacos.

Tal omisi�n acaso se debe a que parece obvia la elaboraci�n del alimento de cada d�a; sin embargo la informaci�n oral quedar�a m�s protegida si se conservara y transmitiera por escrito y no s�lo por medio de los labios amables de nuestras abuelas, madres y cocineras integradas al calor familiar. Todos tenemos la responsabilidad de preservar las tradiciones gastron�micas.

Nos enfrentaremos, pues, al degustado taco, desde el aburrido de bistec (beefsteak) al carb�n, hasta lo m�s delicado de este mundo de la gula, que es la nana del cerdo o el ojo de la res. Contin�a la haute cuisine de los tamales, de los cuales hay historia escrita desde el siglo XVI, para proseguir con las tortas, derivadas directas de nuestro mestizaje.

Por lo pronto, cabe resaltar un com�n denominador en estos tres tipos de alimentos: para comerlos no se requieren platos ni cubiertos (�stos no se usaban en el M�xico prehisp�nico); y su consumo urbano actual es t�picamente callejero.

Otro aspecto es el �mbito geogr�fico dentro del cual se producen. El de la torta son las ciudades y tiene que ver, por supuesto, con su car�cter mestizo. En cambio, el consumo de tacos y tamales no distingue esa frontera; lo mismo en el campo que en las urbes, los mexicanos somos afectos a ellos.

* Los tacos
* Los tamales. Atoles
* Las tortas
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