EN LA HUASTECA, la Zona Media y el Altiplano, espa�oles, ind�genas, mestizos, negros y mulatos, por las m�s variadas y encontradas motivaciones, labraron con dificultad, como sobre una p�gina de cantera, los modos, usos y costumbres de una nueva sociedad. La consolidaci�n de algunas formas productivas, el surgimiento de otras as� como de conglomerados humanos cada vez m�s estructurados, complejos y determinantes fueron una clara expresi�n de las relaciones que fabricaron el nuevo tramado social.
Podr�amos afirmar que es en este punto donde la suma de los contrastes desarroll� una sociedad con caracter�sticas particulares. Por un lado, como en el resto del virreinato, se extend�an y ensayaban las instituciones de gobierno, las cuales representar�an los intereses de la Corona espa�ola y de la Iglesia, pero, por otro, se perfilaban los grupos de poder regional, estrechamente vinculados tanto con los procesos productivos, el asentamiento y con la distribuci�n de las poblaciones como con los respectivos conflictos emanados de la tenencia y demarcaci�n de las tierras.